La nanotecnología está cambiando la forma en que los fertilizantes son utilizados en la agricultura. Los fertilizantes nanoestructurados están diseñados para liberar nutrientes de manera gradual y controlada, asegurando que las plantas reciban la cantidad óptima de nutrientes en el momento adecuado. Esto no solo mejora el crecimiento y el rendimiento de los cultivos, sino que también reduce el desperdicio de fertilizantes y minimiza el impacto ambiental.
Un ejemplo notable es el uso de nanopartículas de hierro y zinc para corregir deficiencias nutricionales en el suelo. Estos fertilizantes avanzados pueden ser absorbidos más eficientemente por las plantas, mejorando la salud de los cultivos y aumentando la resistencia a enfermedades. La investigación continúa avanzando en esta área, prometiendo soluciones aún más innovadoras para la agricultura sostenible.