En los últimos años, la nanotecnología ha emergido como una herramienta poderosa en el control de plagas agrícolas. Las nanopartículas, especialmente diseñadas para atacar plagas específicas, ofrecen una alternativa más segura y eficaz a los pesticidas tradicionales. Estas partículas pueden ser liberadas de manera controlada, asegurando que solo afecten a los organismos no deseados sin dañar cultivos o ecosistemas cercanos.
Además, la nanotecnología permite la creación de sensores nanosensitivos que pueden detectar la presencia de plagas en etapas muy tempranas. Esto posibilita una intervención temprana, reduciendo el daño a los cultivos y aumentando la productividad agrícola. Los agricultores ahora pueden monitorear sus campos en tiempo real, tomando decisiones informadas y precisas para el manejo de plagas.